uno de los templos mas antiguos de la civilizacion egipcia, la verdad me parecen demasiado interesantes sus caracteristicas en general, ademas de que es una novedad en mi caso investigar sobre este templo.
El templo de Kom Ombo, conocido también como templo de Sobek y Haroeris está en ruinas, pero resulta imponente, especialmente por su ubicación, que lo hace destacar al lado del Nilo.
Fue excavado por Jacques de Morgan hacia 1893. Es un edificio inusual, completamente simétrico, con dos entradas, dos salas hipóstilas y dos santuarios. Esto se debe a que está dedicado a dos dioses: el lado izquierdo al dios halcón Haroeris (Horus el viejo o el grande) y el derecho a Sobek, divinidad local con cabeza de cocodrilo.
Lo comenzó a construir Ptolomeo VI en el siglo II a. C., siendo Kom Ombo capital del primer nomo del Alto Egipto, y lo terminó Ptolomeo XII en el siglo I a. C. El emperador romano Augusto le añadió el pilono de la entrada hacia 30 a. C. En el local hubo un santuario más pequeño de la época de Tutmosis II encontrándose vestigios que datan de la Dinastía XVIII (c. 1550 a 1300 a. C.)
Kom Ombo. Detalle: muro lateral.
La planta, parecida a la del templo de Edfu, consta de un patio, dos salas (una de ellas, el pronaos) y tres vestíbulos (en vez de los dos de Edfu). Tiene, sin embargo, dos ambulacros misteriosos (sólo hay uno en Edfu), dispuestos en tres lados, alrededor de las cámaras.
En la fachada se disponen dos entradas, y a cada una de ellas corresponde un templo, paralelos entre sí. A pesar de esta bipartición arquitectónica estricta, las dos partes están unidas, muchos recintos son comunes e incluso en ambas se tributaban honores a las dos divinidades. el pilono está decorado con bajorrelieves del emperador romano Domiciano haciéndole ofrendas a la tríada de Sobek.
El patio está en ruinas, con los muros laterales y el pilono destruidos. En las dos puertas que conducen al interior hay inscripciones y relieves con el nombre de Tiberio. A ambos lados de la doble puerta hay representaciones de Ptolomeo XII Neo Dionisio siendo purificado por Horus y Thot en presencia de Sobek (a la derecha) y de Haroeris (a la izquierda).
Desde él, dos puertas llevan a la primera sala hipóstila, el pronaos. En ella, hay grabadas escenas protagonizadas por Haroeris en el muro izquierdo y por Sobek en el derecho. Las columnas están talladas con lotos del Alto Egipto y papiros del delta del Nilo. En los muros, representaciones rituales relacionadas con la purificación del rey, la consagración del templo y las dos tríadas, con los nombres de Ptolomeo VIII Evérgetes II, Cleopatra II y Ptolomeo XII Neo Dioniso.
Kom Ombo. Detalle.
En la segunda sala hipóstila, los muros muestran escenas de ofrendas con el nombre de Ptolomeo VI Filométor y Ptolomeo VIII Everxetes II. A continuación se sitúan tres vestíbulos.
En los santuarios se ven decoraciones semejantes a las de la fachada. En el corredor interno de la izquierda están representadas las divinidades del Nilo. Hay también figuras alegóricas de los distintos territorios agrícolas. En la parte norte hay cartuchos de Nerón y Vespasiano. Se ven representadas también todas las fases de la construcción del templo y las técnicas usadas, así como un grupo de instrumentos quirúrgicos, ya que el templo acogía enfermos. En el suelo, en el exterior del santuario, fueron grabados tableros de juegos para entretenerse. En las proximidades hay dos nilómetros utilizados para medir el nivel de las aguas de río Nilo.
Delante del templo se encuentra el Mammisi, o templo del nacimiento de Horus, construido por Ptolomeo VIII Evérgetes II, muy deteriorado por la humedad del Nilo. La capilla de Hathor está también al sur del templo y en ella hay varios cocodrilos momificados que provienen de una necrópolis de cocodrilos próxima al templo. En el séptimo año de Domiciano fue decorado en honor de la diosa Hator, la Afrodita griega.
Arquitectura egipcia
lunes, 22 de abril de 2013
Templo de Khonsu
Es muy interesante la composición de estas estructuras antiguas, la forma en que se desarrollan sus espacios y la función que cada uno representa me parece algo magnifico, a continuación una descripción del templo de khonsu.
A partir de la obra de la reina faraón Hatshepsut en Deir el-Bahari, casi todos los templos levantados en Egipto seguirían un esquema bastante parecido: largos accesos, esfinges en guardia, vestíbulos de columnas y patios interiores, santuarios oscuros y una complicada progresión lineal que relacionaba todos los elementos entre sí.
Los sucesivos arquitectos reales
desarrollaron un complicado mundo que pasaba del plano terrenal a al
sobrenatural, reservado solo para sacerdotes y faraones, los únicos que podían
llegar hasta el final: el santuario propiamente dicho.
Dentro del inmenso conjunto que forman Luxor y Karnak, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco
en 1979, se encuentra una gran cantidad de templos y recintos funerarios que
siguen el mismo esquema. El templo de Luxor y el conjunto de Karnak estaban
unidos por una larga avenida procesional flanqueada por unas 1000 esfinges con
cabeza de carnero. Durante siglos, este lugar fue el centro religioso más
importante de todo Egipto.
De todos los templos que llegó a
albergar el basto complejo, el mayor fue el erigido en honor del dios Amón, en
Karnak, rodeado por un muro de más de dos kilómetros de largo con la célebre
sala hipóstila plagada de columnas, la más grande del mundo. Tiene una longitud
de unos 100 metros, y alberga 134 columnas, algunas de las cuales tienen más de
veinte metros de altura.
Aunque los inmensos templos principales
se empezaron en la Dinastía XVIII, para comprender todos con mayor precisión lo
mejor es remitirse a un templo más pequeño erigido alrededor del año 1100 a.C.,
el Templo de Khonsu, erigido por la Dinastía XX dentro del mismo recinto que
aloja el Templo de Amón. Aquí todos los componentes esenciales y los patrones
seguidos por los arquitectos reales para los grandes templos se encuentran en
su forma más elemental.
Antes de acceder al templo, el visitante
recorre una larga avenida flanqueada a ambos lados por esfinges. Al fondo de
ésta se levanta la gran fachada exterior del templo, denominada pilono, más
alta y más ancha que el templo que tiene detrás. Está construida en talud,
formando una figura trapezoidal y en el centro se sitúa la puerta de acceso,
también en forma de trapecio. Los muros estaban bordeados por molduras de toro,
coronadas por una característica cornisa y decoradas con complejos relieves,
estatuas y mástiles para poner estandartes. De esta manera, la fachada era una
impresionante barrera al interior, a la vez que lanzaba una serie de mensajes
visuales al visitante.
Una vez franqueada la puerta se
encuentra el Peristilo, un patio cubierto con columnas en los laterales y el
fondo que, generalmente, enmarcaban una serie de figuras del rey. A
continuación se halla el espacio interior egipcio más impresionante la Sala
Hipóstila, sala de columnas totalmente cubierta, con la nave central más
elevada que las restantes y con claraboyas laterales en el desnivel. Al fondo,
rodeado de corredores y habitaciones, se sitúa el Santuario, sala donde se
venera la divinidad y a la que sólo podían acceder los sacerdotes y el faraón.
Una de las estancias más importantes de este espacio era la cámara en la que
quedaba alojada la barca solar, un navío ritual que simbolizaba el ciclo de la
vida y la muerte del dios Ra (el Sol a través del cielo).
Templo de Mentuhotep II
El Templo funerario de Mentuhotep II se encuentra en la
orilla occidental del Nilo, en Deir el-Bahari, al pie de su impresionante circo
de escarpadas montañas y enfrente de la Tebas del Antiguo Egipto. Fue
construido por Mentuhotep II, faraón de la Dinastía XI que reunificó Egipto y
dio paso al nacimiento del Reino Medio.
Proveniente de Hermontis, ciudad consagrada al dios Montu y
próxima a Tebas, y donde construyó un templo dedicado a la divinidad, pensó en
realizar su propio templo funerario en un lugar más majestuoso, como una
especie de complejo conmemorativo que no sólo recordara la conquista del Bajo Egipto
y la reunificación de tierras, sino que lo mantuviera para toda la eternidad y
estuviera dedicado a su divinización.
El complejo lo planteó, poniendo en lo alto una
representación de la colina primordial como símbolo de la creación del mundo y
el nacimiento diario del sol, en forma de pirámide truncada, elevada al cielo y
con una orientación solar de este a oeste y adoptó la estructura de los templos
del Reino Antiguo, en forma de templo del valle, calzada o rampa monumental y
templo funerario. La diferencia es que la sepultura ya no será una pirámide
sino todo un complejo funerario.
Este esquema funerario solar lo completó con el esquema
osiríaco, al estar su tumba excavada en la roca, reino de los muertos en la
tradición tebana y lugar de residencia de la diosa Hathor, que es la que recibe
y protege a los difuntos.
La parte frontal del templo lo dedicó a los dioses Montu y
Amón, con quien Mentuhotep II se identificó siguiendo la estela de los templos
solares de la Dinastía V.
El antiguo templo del valle está hoy día recubierto de
tierras cultivables y se puede observar parte de la calzada monumental de más
de 950 m, flanqueada por estatuas de Amenhotep II representado como Osiris, que
que lo unía a la gran explanada del patio delante del templo funerario. Según
Nicolás Grimal, "El fondo del patio estaba delimitado por un doble
pórtico, en el centro del cual, una rampa flanqueada por 55 tamariscos y dos
filas de cuatro sicómoros que resguardaban cada uno la estatua sedente del rey
vestido para la Fiesta Sed, que daba acceso a la terraza". "El
arquitecto real anticipó en milenios el concepto de arquitectura vegetal".
Fue allí donde se construyó por primera vez las diferentes
partes de un templo en terrazas de distintas alturas, lo mismo que la columnata
o pórtico situada al fondo del patio. Esta disposición inspiraría a Senemut
para la construcción del Templo funerario de Hatshepsut, vecino a éste.
La parte trasera del patio y la terraza contienen columnas
decoradas con bajorrelieves de procesiones, barcas, temas de caza y escenas
mostrando los logros militares del rey. Fueron encontradas aquí también las
estatuas del rey de la duodécima dinastía Sesostris III.
Se accedía a una gran sala hipóstila en cuyo centro, una
base sostenía lo que hasta hace poco, muchos arqueólogos como Édouard Naville
suponían que estaba una pirámide, pero que no es así sino que se trata de un
túmulo primordial en forma de pirámide truncada. Esta terraza con columnas
cubre unas construcciones anteriores de capillas sepulcrales de seis reinas
sacerdotisas de Hathor.
Desde la terraza se accede a una columnata que introduce a
otro patio peristilo y sala hipóstila decorada con escenas de ofrendas. Un
pasaje subterráneo de 150m conduce a la tumba real y a las instalaciones de
culto, en contacto con la roca. Es el inframundo para la mitología egipcia. La
zona de culto asocia a Mentuhotep II con Amón-Ra, prefigurando las Moradas de
los Millones de Años de las dinastías del Reino Nuevo.
En el patio hay una apertura llamada Bab el-Hosan (La Puerta
del Jinete), llamada así porque el caballo de Howard Carter tropezó en una
depresión en ese lugar, que hizo excavar y encontró un pasaje subterráneo que
conduce a una tumba inacabada o cenotafio que albergaba un lienzo que envolvía
la estatua sedente del rey vestido para la Fiesta Sed, un sarcófago anónimo y
varias ofrendas. La estatua, de piedra arenisca, tiene pintada su cara en color
negro como símbolo de regeneración y lleva la corona roja del Bajo Egipto. El
acceso a esta cámara abovedada se encuentra actualmente tapado.
En el complejo existen también otras tumbas dedicadas a las
esposas del rey. La de la esposa principal, Tem, madre de Mentuhotep III tiene
una posición destacada, cerca de la del rey, y separada de las de las otras
reinas, Aashyt, Sadeh, Kawit, Kemsit y Henhenet. El sarcófago de la reina
Kawit, ahora en el Museo de El Cairo, es muy especial.
Mentuhotep II inició en el
templo La Bella Fiesta del Valle, que sería una de las más populares e
importantes fiestas en el Antiguo Egipto. Se celebraba anualmente en Tebas y la
procesión llegaba hasta Deir el-Bahari.
Templos egipcios
Como en cualquier religión el templo egipcio representaba la
casa del dios, pero, más que entendido como simple morada, el templo debía ser
indestructible ya que era la residencia de los inmortales. Las primeras
construcciones, realizadas como imitación de aquellas destinadas a albergar a
los hombres, fueron pronto desechadas y sustituidas por otras realizadas en
piedra y materiales más duraderos. El templo se construía para albergar la
imagen del dios y como lugar en el que los sacerdotes oficiaban sus ritos. A
diferencia de las religiones posteriores no era en absoluto un lugar de culto
sino una zona para albergar al dios y de hecho el pueblo no podía acceder más
que a ciertas dependencias exteriores.
Era el único edificio construido en piedra y no en adobe u
otros materiales menos resistentes, pues si el dios era eterno también debía
serlo su casa. No existen demasiadas referencias acerca de los templos del
Reino Antiguo, debido a que la mayor parte no ha llegado hasta nosotros. De
estos primeros templos los más destacables eran el Templo de la Esfinge, en
Guiza, y el Templo solar de Nyuserra en las proximidades de Abusir. Por el
contrario a partir del Reino Nuevo sí tenemos una alta representación de templos,
como los de Karnak, Abidos o Luxor y los ptolemaicos de Edfú, Dendera y
Kon-Ombo.
Es a partir de la XVIII dinastía cuando se puede hablar de
la creación de un tipo de templo clásico, unido lógicamente al gran poder que
la clase sacerdotal iba adquiriendo en el país. Esto supone un constante
esfuerzo por parte de la realeza para mantener y construir los grandes templos
que han llegado hasta nosotros.
A pesar de que la estructura y planta de los templos era
similar se pueden distinguir 3 tipos dependiendo de la función para la que se
construían. El primero es el templo propiamente dicho que estaba consagrado a
una divinidad y se construía en honor a uno o varios dioses. El segundo tipo es
el templo mortuorio consagrado directamente al faraón. En estos se realizaban
todos los ritos funerarios del rey desde su muerte hasta el momento del enterramiento
y era el lugar en el que se veneraba su memoria. Los mejores ejemplos de estos
templos son el Ramesseum y los templos de Medinet Habu. El último tipo era el
cenotafio, construidos por los faraones como templos mortuorios secundarios.
Los más importantes residen en Abidos.
Además podemos hacer una clasificación de los templos en
oficiales y del pueblo, de la misma forma que existía una religión oficial y
una popular. Los primeros representan la religión estatal y el papel del
faraón. Los segundos la preocupación del pueblo ante sus problemas cotidianos.
Si en los templos oficiales encontramos ofrendas e imágenes del rey a los
dioses en los segundos el pueblo depositaba pequeñas imágenes o utensilios
relacionados con su trabajo como ofrenda o agradecimiento ante un embarazo, una
buena cosecha, etc.
El modelo básico estaba constituido por 3 zonas claramente
diferenciadas; el patio, la sala
hipóstila y las dependencias del dios, además de la entrada, el pilono.
El pilono
Representaba la entrada al templo y era una pared monumental
formada por un alto y ancho muro en forma de tronco de pirámide con una puerta
central. Cada una de las dos torres que formaban el pilono representaba los
acantilados de cada lado del valle del Nilo, pero también eran, a la vez, las
dos montañas que flanquean el disco solar. Las paredes, trapezoidales,
contenían aberturas en las que se colocaban mástiles y banderolas, que
simbolizaban la presencia del dios. Generalmente estaban precedidos de
obeliscos que aluden a la morada del dios, a la relación entre lo terrestre y
lo solar, lo sagrado, o colosos de reyes, normalmente sedentes, simbolizando
los hijos vivientes del dios. Normalmente estaban decorados con escenas en
relieve de temas históricos o religiosos o sacrificio de prisioneros por parte
del faraón en presencia del dios al que estaba dedicado el templo.
El patio
Era la zona pública. A ella podía acceder cualquier persona
del pueblo para depositar ofrendas. Se construía a cielo abierto y se decoraba
con relieves que hacían referencia a las hazañas del rey o imágenes de adoración. El patio se rodeaba de columnas,
normalmente en tres de sus lados (sala hípetra) y solía contener colosos. Podía
haber más de un patio con su consiguiente pilono de acceso.
Después del patio se abría la
sala hipóstila que, durante el Reino Nuevo, se encontraba sobre una plataforma
y en la época ptolemaica a ras de suelo. Podía estar precedida por un
vestíbulo. Las salas hipóstilas llegaron a ser uno de los mayores logros de la
arquitectura egipcia. Era un recinto de columnas altas y gruesas que formaban
un bosque de piedra sosteniendo una cubierta arquitrabada. Generalmente las
filas centrales eran más altas que las laterales y el espacio se elevaba en la
zona del eje central del templo formando una especie de nave principal. Esto
permitía abrir ventanas laterales por las que penetraba la luz, aunque escasa
ya que a medida que se accedía al santuario se disminuía la cantidad de luz. La
función de la sala era la de salón de recepción del dios. Los relieves con los
que se decoraba representaban escenas de las ceremonias religiosas que se
practicaban en el templo. El acceso a la sala hipóstila estaba restringido a
los altos funcionarios, escribas y gente noble. Cuando el templo tenía más de
una sala hipóstila el acceso a cada una de ellas era cada vez más restringido.
Los hipogeos
estos monumentos, son templos excavados entre montañas algo que me parece bastante interesante y poco cotidiano probablemente en la actualidad mas que nada, en la cultura egipcia estos templos tenían una profundidad desempeñada en el corazón de una montana osea esta cubría lo que era la estructura interna lo que se mostraba frontal mente era solo una mínima parte.
El final del Reino Antiguo fue seguido por la pérdida de la autoridad del monarca y un aumento del poder de los nomarcas que vieron incrementar su poder y su riqueza en la misma proporción en la que decrecía el poder real. A causa de esta nueva situación, el número de enterramientos de funcionarios y nobles en las necrópolis menfitas se redujo de manera importante, en cambio los enterramientos en los nomos situados en el Egipto Medio y en Tebas se incrementaron de manera considerable.
Estas nuevas necrópolis se
instalaron principalmente en el área del Fayum, Tebas y sobre todo en el Egipto
Medio. Los nuevos nomarcas se hicieron enterrar en tumbas excavadas en los
acantilados de las montañas al borde del desierto. La proliferación de este
tipo de tumba se produjo ante la escasez de espacio para levantar mastabas o
pirámides, aunque la idea de enterrarse bajo los beneficios de una pirámide
nunca se perdió y los nomarcas siempre buscaron el amparo de una colina con
forma piramidal para su última morada.
Se
generalizó la representación en las paredes de la tumba de la
peregrinación a Abydos, como símbolo de resurrección y renacimiento.
Algunos
nomarcas adoptaron, para marcar su nuevo estatus, elementos propios de los
monarcas: el “sHendyt”, la barba postiza etc.
El
relieve quedó relegado a la decoración de las estelas de “falsa puerta”.
Esta estela, se situó en la pared oeste de la capilla en aquellas necrópolis
que estaban situadas en la orilla oriental del río. Las estelas de este
período son muy variadas y van desde las más sencillas, de fácil
adquisición para las clases inferiores, hasta estelas de gran belleza con
múltiples representaciones del difunto y con familiares y criados
atendiendo sus necesidades.
En la
decoración se introdujeron nuevos elementos, algunos ya usados a finales
del Reino Antiguo, como frisos y techos pintados, ambos alcanzaron un gran
desarrollo a partir del Reino Medio. En cuanto a los frisos el más
conocido es el friso Kheker que simboliza haces de juncos anudados y
usados en la construcción de templos en los primeros años de la historia
de Egipto. En cuanto a los techos fueron realzados mediante dibujos que
trataban de imitar los tejados de las casas o los dibujos de algunos
textiles. En algunas tumbas combinaron diversos modelos para la misma
tumba. Sobresalen las decoraciones de figuras geométricas.
El final del Reino Antiguo fue seguido por la pérdida de la autoridad del monarca y un aumento del poder de los nomarcas que vieron incrementar su poder y su riqueza en la misma proporción en la que decrecía el poder real. A causa de esta nueva situación, el número de enterramientos de funcionarios y nobles en las necrópolis menfitas se redujo de manera importante, en cambio los enterramientos en los nomos situados en el Egipto Medio y en Tebas se incrementaron de manera considerable.
Este fue el caso de
Ankhtify, en Moalla, que construyó su tumba imitando el complejo funerario del
Reino Antiguo: capilla junto al río, calzada, patio y tumba. Los reyes del
Reino Nuevo también eligieron este tipo de enterramiento, en la orilla occidental
de la ciudad de Tebas, debajo de una colina con forma de pirámide, en el Valle
de los Reyes.
El hipogeo fue el tipo
de enterramiento más utilizado en el Egipto Medio, donde las necrópolis se
disponían casi siempre en los acantilados rocosos que rodean al valle.
En un principio estas
tumbas son sencillas cámaras, pero con el tiempo fueron introduciendo
innovaciones
- La
fachada se realizaba con forma de talud para asemejarla a la entrada de la
mastaba.
- Los
planos de las tumbas son sencillos: un patio porticado que da entrada a
una gran cámara dividida en dos partes por una doble fila de
columnas.
- El pozo
de las mastabas del Reino Medio pasó a ser de forma cuadrangular, por
consiguiente, los sarcófagos tuvieron que adaptarse a las dimensiones del
pozo.
- La pintura
sustituyó al relieve en el interior de las tumbas.
- A la
clásica decoración de las tumbas del Reino Antiguo, se añadieron escenas
que reflejaban la situación de inestabilidad reinante en el país: soldados
atacando a fortalezas, maquetas de soldados formando parte de los ajuares
funerarios, objetos de guerra, como arcos, flechas, etc. Se representaron
mujeres acróbatas y hombres jugando a un juego de características
similares al golf. En la tumba de Khnumhotep II, en Beni Hassan, se
representó una caravana comercial con asiáticos. Las escenas de animales
exóticos se alternan con las de animales míticos (leopardos, panteras,
serpientes etc.) y con las de distintas formas de caza de pájaros. En la
tumba del nomarca Djehutyhotep se encuentra la representación del traslado
de su estatua colosal desde la cantera de Hatnub hasta la capilla del
valle, frente a su tumba en El-Bersha.
- Otro
motivo a destacar es la inscripción en las paredes de la tumba de la
biografía de su propietario. Gracias a estas inscripciones se ha conocido
mejor este momento de la historia del Primer Período Intermedio y del
Reino Medio.
- Se
generalizó la representación en las paredes de la tumba de la
peregrinación a Abydos, como símbolo de resurrección y renacimiento.
- Algunos
nomarcas adoptaron, para marcar su nuevo estatus, elementos propios de los
monarcas: el “sHendyt”, la barba postiza etc.
- El
relieve quedó relegado a la decoración de las estelas de “falsa puerta”.
Esta estela, se situó en la pared oeste de la capilla en aquellas necrópolis
que estaban situadas en la orilla oriental del río. Las estelas de este
período son muy variadas y van desde las más sencillas, de fácil
adquisición para las clases inferiores, hasta estelas de gran belleza con
múltiples representaciones del difunto y con familiares y criados
atendiendo sus necesidades.
- En la decoración se introdujeron nuevos elementos, algunos ya usados a finales del Reino Antiguo, como frisos y techos pintados, ambos alcanzaron un gran desarrollo a partir del Reino Medio. En cuanto a los frisos el más conocido es el friso Kheker que simboliza haces de juncos anudados y usados en la construcción de templos en los primeros años de la historia de Egipto. En cuanto a los techos fueron realzados mediante dibujos que trataban de imitar los tejados de las casas o los dibujos de algunos textiles. En algunas tumbas combinaron diversos modelos para la misma tumba. Sobresalen las decoraciones de figuras geométricas
Las necrópolis más
importantes con hipogeos se encuentran en:
- ASIUT.
a. Tumbas de la Dinastía VI en Deir el-Gabrawi.
b. Tumbas de la Dinastía VI y XII en Meir. - MALLAWI.
a. Tell el-Amarna, tumbas de la Dinastía XVIII.
b. El-Sheikh Said, tumbas de los jefes de palacio de la Dinastía VI: Meru, Uau o Ankheteti.
c. Deir el Bersha, 37 tumbas de los nomarcas del Nomo de la Liebre. - MINIA.
a. Beni Hassan, 39 tumbas de los nomarcas del nomo XVI del Alto Egipto, “el nomo del Orix”. - TEBAS.
La orilla occidental del río alberga varias necrópolis, siendo la más
importante El Valle de los Reyes.
- ASUÁN.
a. Necrópolis de Qubbet el-Hawa.
Hacia el final del
Primer Periodo Intermedio, aparecieron en Tebas unas tumbas que en árabe se
llaman “saff”, estas tumbas se encuentran excavadas en El-Tarif. La fachada de
estos hipogeos, vista desde el exterior, está formada por pilares, insinuando
una línea con muchas puertas. La tumba más grande pertenece a Inyotef II,
tercer gobernante de la Dinastía XI.
La entrada a estas
tumbas cortadas en la roca se hace a través de un patio, la entrada a la tumba
principal, se encuentra en el lado frontal, mientras que, en los laterales, se
sitúan las tumbas para oficiales y familiares del difunto. La tumba de Inyotef
II tiene una capilla situada en el lado este del patio, quizás fuese un templo
funerario. La decoración de estas tumbas no está muy clara, en cambio sí se han
encontrado algunas estelas con relieves, mostrando escenas del rey con
oferentes. En la estela de Inyotef el difunto aparece representado con su perro
de caza.
El templo de Abú Simbel
Los templos eran una de las grandes muestras
arquitectónicas del Antiguo Egipto. Si los templos al aire libre figuran eran los más significativos, lo
mismo podemos aplicar a los speos o templos excavados en la montaña,
cuyos ejemplos más significativos los encontramos en el Gran y Pequeño Speo de
Abú Simbel.
El Gran Speo de Abu Simbel fue mandado construir por Ramsés II y
en él encontramos los elementos que ya comentamos en los templos exentos. Su
fachada inclinada nos recuerda a los pilonos que flanquean la puerta de entrada
al recinto. Esta fachada tiene una rica decoración escultórica con cuatro
colosos sedentes representativos del faraón y una serie de figuras más pequeñas
que hacen referencia a miembros de la famiia real. Encima de la puerta hay una
hornacina con una escultura que parece representar a Ra. Junto a ellas
encontramos una serie de relieves alusivos al monarca y diferentes deidades.
En
el interior encontramos diferentes salas destacando la hipóstila con pilares
que honran al faraón y sobre todo el sancta-sanctorum que alberga la imagen del
dios y del faraón. La distribución de los espacios es similar a la de los
templos al aire libre, es decir, con salas que disminuyen de tamaño según nos
adentramos para potenciar la sensación de misterio y espacio sagrado.
Este edificio presenta la particularidad de que está orientado
de tal manera que los días 20 de Octubre (primer día de la estación de peret cuando germinaban las semillas) y 20
de Febrero (primer día de la estación deshemu cuando se recolectaba la cosecha) los
primeros rayos del sol penetraban hasta 60 metros en el edificio hasta incidir
en las imágenes del santuario.
El Pequeño Speo de Abu Simbel está dedicado a la esposa de Ramsés,
Nefertari y a la deidad Hathor, diosa del amor y la belleza. Mantiene una
distribución similar al anterior con salas decrecientes, una sala hipóstila
cuadrada decorada con capiteles con la imagen de la diosa titular y un
santuario con la imagen de Hathor. Su fachada está decorada con seis
esculturas, cuatro de Ramsés y dos de su esposa.
Pirámide de dashur
La Pirámide Acodada, también llamada Pirámide Romboidal o
Pirámide sur de Dahshur, es un monumento funerario o cenotafio construido por
orden del faraón Seneferu en Dahshur, a 40 kilómetros al sur del Cairo, en
Egipto. Se estima que su forma particular es una tentativa fallida de pirámide
de caras lisas, la última fase de la evolución de las pirámides egipcias. Posee
numerosas particularidades y se asemeja en muchos puntos a la pirámide erigida
por el hijo y sucesor de Seneferu, Jufu (conocido comúnmente como Keops). Entre
sus características resalta el hecho de que una de sus dos entradas no está
situada sobre la fachada septentrional, hecho único en el Imperio Antiguo. Asimismo,
es destacable también el hecho de que la pirámide conserva aún la mayor parte
de su recubrimiento, lo que la convierte en la pirámide que actualmente está
mejor conservada de todo Egipto y lo que hizo que fuese conocida como Aquella
que brilla al sol. En su interior se encuentra una bóveda falsa con apoyo en
las cuatro paredes que es la más antigua conocida.1 El complejo funerario
revela vestigios de un imponente templo cuya rica ornamentación lo distingue de
los otros monumentos de la cuarta dinastía.
La característica más evidente
de la pirámide es el singular aspecto de sus caras: con doble pendiente. Se
estima que es el resultado de un cambio de planificación ocurrido durante la
construcción. La segunda característica es la duplicación de su distribución
interna: dos cámaras funerarias accesibles mediante dos entradas, una situada
sobre la cara septentrional, a unos 12 m del suelo, y otra sobre la occidental,
a 33 m del suelo (la pirámide de Kefrén tiene también dos entradas, pero ambas
están situadas sobre el lado septentrional del monumento).
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